Por:
Luis Gustavo Ramírez. Renshi
senseiluisgustavo@hotmail.com
"Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño" 1 Corintios 13:11
No obstante lo anterior, lamentablemente encontramos escuelas o dojos que no cumplen con los requisitos idóneos para la práctica y por si fuera poco maestros o instructores que realizan una función no muy recomendable.
Otro punto importante es la ubicación, no es recomendable que esté en una zona de alta peligrosidad urbana porque uno expone su integridad o la de sus seres queridos; y por último el dojo debe que tener buena ventilación para la oxigenación adecuada de los pulmones y evitar el hacinamiento y la lipotimia (desvanecimiento o desmayo por falta de aire adecuado).
Con respecto al maestro o Sensei, este debe cumplir con varios requisitos importantes; debe ser amable, cuidar a sus estudiantes durante la práctica, explicar adecuadamente las técnicas, no competir con sus alumnos ni lastimarlos y debe tener la experiencia idónea y un vocabulario adecuado al impartir sus lecciones; en otras palabras debe ser un verdadero caballero o una verdadera dama (si hablamos de una instructora) sin caer, por supuesto, en modelos o roles de pantomima o apariencia. Un Sensei debe tener un grado alto de madurez y crecimiento espiritual. En la humildad y el servicio se encuentra la grandeza. Tenían razón los maestros ancestrales de escoger a sus discípulos y otorgarles su grado hasta que su espíritu estuviera maduro, no basándose solo en la habilidad física o en su ímpetu. En sus enseñanzas Confucio dice que un caballero es aquel que tiene una moral intachable y se educa; no aquel que ha sido elegido o nacido de familias reales; aquí moral y educación son sinónimos.
En la actualidad han aflorado diversos tipos de artes marciales, escuelas, líneas de pensamiento y lugares donde podemos aprender las diferentes artes y técnicas. Encontramos artes japonesas (karate, aikido, kendo, judo), artes coreanas (taekwondo, tan soo do), artes filipinas (kali, arnis, escrima), artes chinas (kung fu, pa kua, tai chi, etc.) y otras menos conocidas como son el lua de origen hawaiano, capoeira de origen africano y desarrollado en Brasil, el sambo y spednaz de origen ruso, el krav maga y el abir de origen hebreo, en fin; hay variedad para todos los gustos.
No obstante lo anterior, lamentablemente encontramos escuelas o dojos que no cumplen con los requisitos idóneos para la práctica y por si fuera poco maestros o instructores que realizan una función no muy recomendable.
El Dojo (lugar de iluminación) o lugar de entrenamiento debe estar sumamente limpio, el espacio debe ir de acuerdo con la técnica o arte que se desarrolle, es decir; a mayor desplazamiento mayor espacio disponible, el tatami o piso debe también corresponder al tipo de arte: espuma compacta para las artes de proyección, madera flexible para las artes de golpes y combinado para las artes mixtas.
Otro punto importante es la ubicación, no es recomendable que esté en una zona de alta peligrosidad urbana porque uno expone su integridad o la de sus seres queridos; y por último el dojo debe que tener buena ventilación para la oxigenación adecuada de los pulmones y evitar el hacinamiento y la lipotimia (desvanecimiento o desmayo por falta de aire adecuado).
Con respecto al maestro o Sensei, este debe cumplir con varios requisitos importantes; debe ser amable, cuidar a sus estudiantes durante la práctica, explicar adecuadamente las técnicas, no competir con sus alumnos ni lastimarlos y debe tener la experiencia idónea y un vocabulario adecuado al impartir sus lecciones; en otras palabras debe ser un verdadero caballero o una verdadera dama (si hablamos de una instructora) sin caer, por supuesto, en modelos o roles de pantomima o apariencia. Un Sensei debe tener un grado alto de madurez y crecimiento espiritual. En la humildad y el servicio se encuentra la grandeza. Tenían razón los maestros ancestrales de escoger a sus discípulos y otorgarles su grado hasta que su espíritu estuviera maduro, no basándose solo en la habilidad física o en su ímpetu. En sus enseñanzas Confucio dice que un caballero es aquel que tiene una moral intachable y se educa; no aquel que ha sido elegido o nacido de familias reales; aquí moral y educación son sinónimos.
En un dojo, por consiguiente se deben respetar y velar por los derechos humanos, no tenemos que seguir la filosofía o religión de un instructor u origen espiritual de un arte marcial para cumplir los requisitos, no debemos adorar a ídolos ni ser esclavos. Si soy cristiano y practico un arte hindú, por ejemplo, no debo cambiar de religión; debemos ubicarnos a nuestra realidad moral, social y sobre todo espiritual para salvación de nuestra alma. Debemos abrir nuestros ojos para no ser engañados ni manipulados. Debemos respetar a los demás y que nos respeten.
Antes de elegir un dojo, visitalo varias veces, analizá su localización, el tiempo que gastás en movilizarte, el costo de las lecciones, el lugar y las características que se mostraron antes, si te es posible hablá con varios de los estudiantes para tener referencias. Preguntate: ¿puedo crecer aquí?, ¿es capacitado el instructor? ¿Hay camaradería?, ¿hay abuso de autoridad?, ¿cómo es el lenguaje del instructor? ¿Cuida a sus estudiantes? ¿Retiene a sus estudiantes demasiado tiempo en una cinta sin promoverlos aún cumpliendo estos con los requerimientos y el tiempo adecuados? ¿Hace lo anterior para obtener más dinero o para que no le compitan? ¿si hay lesión en la práctica qué clase de cobertura tengo? Con la respuesta a estas preguntas vas a saber si estás o no en el lugar correcto. Recordá que cada decisión que tomamos trae efectos positivos o negativos según lo elegido.
Muchísimas gracias por compartir tu tiempo con nosotros en este dojo virtual. Si estás interesado en saber mas de nosotros, escribínos, nos gustaría conocerte.
Escrito por:
Luis Gustavo Ramírez M.
Renshi, Aikido Fuku Shidoin
ZNSBR-NSD
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