sábado, 28 de septiembre de 2013

El verdadero Sensei

Por:
Luis Gustavo Ramírez. Renshi
senseiluisgustavo@hotmail.com





Hace poco tuve la experiencia de observar el trato de algunos maestros hacia sus estudiantes. Durante algún tiempo he recibido instrucción de varios maestros, unos duros, otros más comprensivos y otros que me enseñaron a punta de golpes lo que era defenderse de forma eficaz, no obstante; que yo recuerde ninguno de ellos me humilló, ni me maltrató; tuve la suerte de encontrar personas dedicadas a la enseñanza con un alto grado de experiencia, y los golpes no me dañaron, no obstante voy a contarles cuatro casos que vi en estos últimos días: 



• Miré a profesor de Aikido que dio una exhibición en un centro comercial y que trataba a su uke con desprecio, el uke limpio el piso, le acomodo la hakama, entró detrás de él, en una actitud no de respeto sino de humillación; era la "supremacía del maestro sobre su alumno", para luego terminada la exhibición ni siquiera darle las gracias y dejó al estudiante como a un esclavo: no solo yo miré esta actitud. 

• La segunda fue un cambio de cinta donde vi al maestro tomar al alumno y pegarle con un cinturón con toda la fuerza del mundo por la espalda y hacerle técnicas violentas e inmovilizarlo durante minutos en el suelo haciéndolo sufrir , me cansé de ver al alumno golpear el tatami, y el muchacho salió con muchísimo dolor. 

• El tercer caso lo miré visitando una academia donde los "cintas negras" demostraban a los alumnos nuevos (que no tenían siquiera uniforme) patadas y golpes y maltratándolos probando su fuerza hasta que los muchachos se inhibieron, esto es provocar temor desde el principio; y el maestro principal no hizo nada al respecto. 

• El cuarto es de un “sensei” que estaba enseñando a los alumnos como arrastrarse en el piso y como uno de ellos levantó la cabeza le dio una patada con el talón para que la bajara; que fue eso: ni a un animal se le patea; que falta de respeto.


Como algunas veces me meto en lo que no me importa hablé con los maestros y les expuse mi punto de vista claro y conciso, les gustara o no era mi deber. 

Yo creo, mi amigo y mi amiga que un estudiante es un ser humano, recurre a una academia para aprender a defenderse, por deporte o para tener un medio de relajarse, otros recurren por salud; pero eso no le da derecho a ningún sensei o maestro para humillar, maltratar, golpear o aprovecharse de la debilidad o falta de conocimiento de otros. No se enseña una mawashi geri quebrándole las costillas a alguien, ni una palanca dislocando un codo, ni debe infundir temor a un alumno nuevo o dañarlo si el sensei ve que es mejor que él: eso es inseguridad, miedo, falta de madures y falta de conocimiento de parte de un maestro. Todos los días vemos como en la UFC los "combatientes" muestran su cara malhumorada, sus cejas fruncidas y su prepotencia para dar miedo al contrario, una táctica tan vieja como el hombre mismo; vemos como ahí mismo en los combates ya el que ha sido vencido sufre un poco más de agresión porque el referee deja que el público se divierta un poco más y después cuando ya no hay más euforia entonces para la pelea.




Vemos cuantos estudiantes dejan las academias por el matonismo del profesor que siendo cinta negra no tiene el mínimo conocimiento médico para saber si un alumno debe detenerse, descansar y ni siquiera toma tiempo para medir las palpitaciones o monitorear sus estudiantes, y si ven estudiante mejor que él lo agreden para que no levante alas!


Existimos algunos que nos interesan las personas, amamos enseñar y cuidamos a los estudiantes que Dios pone en nuestras manos, pero hay otros maestros que en lugar de cinta negra y grados lo que merecen es un mecate para que los amarren y un rótulo que diga “cuidado peligro mantenga su distancia”. 


Ser Sensei no es cuestión de dinero, o de habilidad extraordinaria, no es cuestión de ser superdotado; es cuestión de don, de caridad, de agradecimiento, es un regalo de Dios y es una gran responsabilidad. 





Un ser humano es una creación de Dios, no somos más que nadie, debemos ser guías, mentores y orientadores, si no es así será mejor colgar la cinta. El más grande Maestro es Jesucristo y él dio la vida por nosotros y vivió para servir; perdonó, amó y enseñó a sus discípulos con su ternura, ejemplo y guía; ese es el mejor ejemplo. Esa es la gran diferencia entre un verdadero sensei y alguien que pretende serlo. 


Dios te bendiga 


Escrito por: 
Luis Gustavo Ramírez. Renshi 
senseiluisgustavo@hotmail.com